Tiempo de traducciones

En los últimos meses, se han publicado varias traducciones de libros de Agustín Fernández Paz

«El mayor premio que puede recibir un escritor es que sus libros encuentren nuevos lectores.» Ésta es una frase que Agustín Fernández Paz ha reiterado en diversas ocasiones, un síntoma de la gran importancia que le otorga al hecho de que otras personas se acerquen a sus libros.

La traducción es una vía idónea para acercarse a lectores de otros ámbitos culturales. A pesar de las dificultades del libro gallego para abrirse nuevos caminos por el mundo, el azar ha propiciado que en estos últimos meses varios libros de AFP se hayan traducido a otras lenguas.

Tras la edición coreana de O único que queda é o amor, se ha publicado en castellano una versión actualizada de Las flores radiactivas y también el texto renovado de Aire negro, en una nueva edición en Argentina.

Aire negro ha aparecido también en búlgaro y, en una nueva edición, en catalán. En esta lengua se han editado además No hi ha nit tan llarga y Des d’una estrella distant.

Upa!, el breve cuanto ilustrado por Noemí Villamuza, acaba de aparecer en chino. Y Valados (Muros) ha sido traducido al italiano, en una edición muy cuidada (Il cielo non ha muri).

La última en llegar ha sido la traducción al bretón de Cartas de invierno (Tasmant en ti)

Para los próximos meses, están anunciadas la traducción china de Un tren cargado de misterios, la catalana de Contos por palabras y la edición en inglés de Aire negro y O único que queda é o amor.